¡Los perros, mi gran pasión!
He tenido la gran suerte de convivir con ellos y de aprender de ellos desde pequeñita.
Mi primer perro fue un ser extraordinario con el que compartí mi vida hasta los 12 años. Él fue el origen de todas mis aventuras perrunas y el responsable de que los perros hayan sido, sean y serán siempre mi gran pasión. Me enseñó lo que era sentirme querida por un ser tan extraordinario como un perro, que solo busca agradar y ser feliz a tu lado en todo momento, y que siempre se desvivirá por conseguirlo. También me enseñó a quererle y a entender lo que es querer a un perro, a vivir y disfrutar cada hermoso momento de la vida sin pensar en nada más. Pasamos preciosos ratos juntos, yendo a la playa o al monte, riendo y disfrutando de su compañía, corriendo y jugando, comunicándonos con una simple mirada o gesto, durmiendo plácidamente acurrucados. ¡Tantas historias vienen a mi mente en este momento! ¡Gracias, Iro, por esos años de convivencia tan maravillosos y la gran enseñanza que siempre llevaré en mi corazón!
Y también quiero darles las GRACIAS a mis dos perros Brinco y Turbo por todo lo que me han enseñado y me han hecho aprender. ¡Sin ellos no hubiese llegado a donde he llegado! ¡Sois y habéis sido para mí unos Grandes Maestros!
Brinco, tú me has enseñado lo que es transmitir y percibir paz, armonía, tranquilidad, apoyo y seguridad en entornos negativos. Siempre has sido, eres y serás un gran apoyo para tu fiel amigo Turbo.
Y tú Turbo, ¡qué decir de ti! Eres como un huracán, vivo, alegre, trabajador, con esa mirada de "¿qué vamos a hacer hoy?" Siempre admiraré tu grandísimo valor por haber superado tus miedos e inseguridades y por todo en lo que te has convertido.
¡GRACIAS a los dos por estar en mi vida, en nuestras vidas!